Nuestro compromiso con la calidad

Cuando hablamos de fresas cubiertas, no solo hablamos de un postre delicioso, elegante y perfecto para regalar. Hablamos de una experiencia. Y como todo lo que realmente vale la pena, esa experiencia comienza desde el origen, desde el corazón de lo que hacemos: la selección de nuestras fresas.

En la elaboración cada fresa es cuidadosamente elegida a mano, una por una. No usamos fresas al azar, ni fresas congeladas, ni aquellas que han perdido su frescura o su color. Al contrario, trabajamos únicamente con fresas frescas, naturales y de temporada, seleccionadas directamente de productores confiables que comparten nuestro compromiso con la calidad.

¿Qué buscamos en cada fresa?

Buscamos que tengan el tamaño ideal, grande, pero sin perder su sabor, con una forma bonita, firme al tacto, color rojo intenso y sin imperfecciones. Sabemos que la presentación es clave, pero también lo es el sabor: por eso elegimos solo aquellas que están en su punto justo de maduración. Ni verdes, ni pasadas. Justo como deben estar para ofrecer el mejor contraste con nuestro chocolate.

Una vez seleccionadas, las fresas son lavadas y desinfectadas con extremo cuidado, y se mantienen refrigeradas en condiciones óptimas hasta el momento de la preparación. Nada se congela, nada se guarda por días. Lo que envías es un producto hecho con ingredientes frescos y del día.

Sabemos que cuando compras fresas cubiertas, lo haces con ilusión: para sorprender, para regalar, para consentirte. Por eso, nos tomamos tan en serio la selección de cada fruta. Porque la confianza se construye con pequeños detalles, y nosotros no dejamos ninguno al azar.

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